RÍO DE JANEIRO, Brasil (EFE).- El gobierno brasileño condenó hoy la destitución del presidente paraguayo, Fernando Lugo; convoco para consultas a su embajador en Asunción, y anunció que evalúa junto con sus socios del Mercosur y de la Unasur las medidas para hacer frente a la "ruptura del orden democrático" en el país vecino.
"El gobierno brasileño condena el rito sumario de destitución del mandatario de Paraguay, en el que no fue debidamente garantizado el amplio derecho de defensa", según un comunicado divulgado por la cancillería brasileña.
"Brasil considera que el procedimiento adoptado (por el Congreso paraguayo) compromete el pilar fundamental de la democracia, condición esencial para la integración regional", agrega la nota.
La posición brasileña ante el nuevo gobierno de Paraguay tras la destitución de Lugo fue anunciada luego de una reunión que la presidenta Dilma Rousseff mantuvo hoy con sus ministros de Relaciones Exteriores, Minas y Energía, y Defensa, y con el presidente de la hidroeléctrica Itaipú, que Brasil comparte con el país vecino.
Según la cancillería, Brasil estudia con sus socios del Mercosur y de la Unasur (Unión de Naciones Suramericanas) las medidas que serán impuestas "como consecuencia de la ruptura del orden democrático" en Paraguay "a la luz de los compromisos en el ámbito regional con la democracia".
Los dos mecanismos de integración cuentan con "cláusulas democráticas" que prevén sanciones y hasta la suspensión de países en los que se produzca una ruptura constitucional.
Brasil aclaró, no obstante, que no adoptará ninguna medida que pueda perjudicar a la población paraguaya.
"Brasil reafirma que la democracia fue conquistada con esfuerzo y sacrificio por los países de la región y que debe ser defendida sin vacilación", según el comunicado.
La nota agrega que el embajador de Brasil en Asunción fue convocado a Brasilia para consultas.
El ministro de Relaciones Exteriores, Antonio Patriota, había dicho en la mañana del sábado, tras llegar al país procedente de Asunción, que Brasil se pronunciaría sobre la situación en Paraguay tras consultas con los demás países de la Unasur, con la intención de adoptar una posición común.
El Gobierno terminó manifestando su condena a la destitución de Lugo tras la reunión de Rousseff con Patriota y con los ministros de Defensa, Celso Amorim, y de Minas y Energía, Edison Lobao, así como con el presidente de Itaipú, Jorge Samek.
Brasil comparte con Paraguay la hidroeléctrica de Itaipú, la segunda más grande del mundo, pero la mayor parte de la energía generada por la planta atiende cerca del 20 % de la demanda brasileña.
En la reunión con la jefe de Estado, de cerca de dos horas, Patriota relató las conversaciones que tuvo en Asunción con diferentes autoridades como miembro de la comisión de cancilleres enviada el jueves por la Unasur a Paraguay.
En declaraciones al portal de noticias G1 en la mañana de este sábado, Patriota había anticipado que Brasil puede adoptar diferentes medidas frente a Paraguay.
"Hay varias formas de manifestarse, desde la no invitación a las autoridades que tomaron el poder en Paraguay a participar en cumbres hasta el enfriamiento de los contactos en diferentes niveles", explicó el ministro.
El presidente paraguayo fue destituido el viernes de su cargo, después de que el Senado de este país lo declarara "culpable" de mal desempeño en sus funciones al frente del país.
Lugo fue reemplazado por el vicepresidente, Federico Franco, al que los gobiernos de Argentina, Ecuador, Bolivia y Venezuela anunciaron que no reconocerán por considerar que ha llegado a la presidencia mediante un "golpe de Estado".
0 Comentarios:
Post a Comment