Friday, December 23, 2011

El coronel “arbitrario” del AILA estuvo involucrado en dos muertes en Capotillo


El coronel “arbitrario” del AILA estuvo involucrado en dos muertes en CapotilloSANTO DOMINGO, República Dominicana.-Las andanzas del coronel Johan Liriano, encargado de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) en el Aeropuerto Internacional de las Américas (AILA), que amenazó a los periodistas de esa fuente con “fabricarles” expedientes de narcotráfico, son viejas.

En diciembre del año pasado (2010) Liriano, entonces con rango de mayor de la Policía Nacional, estuvo involucrado en un incidente trágico en el que fueron muertos por agentes policiales dos jóvenes residentes en el barrio Capotillo, que se hallaban en sus viviendas.
La versión oficial dada por la DNCD y la Policía Nacional en ese momento afirma que los jóvenes Jean Carlos Salcedo, de 24 años, y Rafael Batista, de edad no determinada, murieron como fruto de una “balacera” entre agentes policiales y alegados narcotraficantes del sector La Cuaba, de Capotillo.
En los hechos, siempre de acuerdo con la versión popular, resultaron heridos tres agentes policiales, ninguno de gravedad. También fue herido el ciudadano Rafael Batista, de 60 años, quien se hallaba sentado en frente de su negocio de guardar vehículos.
Los reporteros también recogieron el testimonio de los vecinos que aseguraron que un delincuente sólo identificado como “Cara Cortada” o “Pitufo”, también conocido como Pitufo, contaba con la protección de los policías para actuar con total impunidad
Los uniformados heridos fueron el entonces mayor Johan Liriano; Esteban Amador Castro, primer teniente del Ejército, y el segundo teniente de la Policía, José Vinicio Rodríguez.
La DNCD dijo en esa ocasión que sus agentes fueron al barrio para una “operación”, pero fueron recibidos a tiros por parte de “delincuentes” cerca de las 10:30 de la mañana.
Desmentido y denuncia de corrupción
Los testimonios recogidos posteriormente por los reporteros de variso medios, sobre todo por los de Noticias SIN, mostraron a los familiares de las víctimas y a los moradores de Capotillo indignados, desmintiendo la versión de las autoridades.
Todos los entrevistados por los medios de comunicación coincidieron en resaltar que los dos jóvenes nunca habían tenido problemas con la ley, y que fueron muertos cuando estaban en sus casas.
Juan Salcedo denunció que los policías y militares entraron al barrio disparando sin miramiento, y que no era cierto que fueran “recibidos a tiros” como dijo la DNCD.
“Se metieron por los callejones, y sin mediar palabras empezaron a disparar y a dar palos a todo el que encontraban, sin preguntar primero quién era quién”, expresó.
Dijo que a pesar de que los agentes lo encontraron trabajando en su panadería, ubicada en la calle Respaldo Doctor Betances, fue golpeado a culatazos por parte de un miembro de la DNCD. La golpiza fue confirmada por los reporteros que observaron los traumas y moratones en la frente del señor Salcedo.
"Llegaron disparando como locos. Les entraron a patadas y macanazos a los que se encontraban en el medio. Sacaban a la gente de su casa y los arrastraban por la calle", narró Salcedo a reporteros del diario El Caribe.
Otros residentes en Capotillo coincidieron con la versión de Salcedo, pero no quisieron dar sus nombres por temor a represalias.
Dijeron que entre los policías, que mataron a Jean Carlos Salcedo y a Rafael Batista, y algunos narcotraficantes de la zona existía un acuerdo,   y que los agentes recibían dinero a cambio de “no ver nada”.
Asimismo, denunciaron que los policías solían hacer redadas represivas para dar la apariencia ante sus superiores de que estaban “trabajando” y “combatiendo las drogas”, cuando en realidad era todo lo contrario.
Las muertes provocaron protestas por varios días en Capotillo, lo que incrementó la represión policial en el populoso barrio del Distrito Nacional.
Acusaron a los agentes de proteger a un violador de menores
Los reporteros también recogieron el testimonio de los vecinos que aseguraron que un delincuente sólo identificado como “Cara Cortada” o “Pitufo”, también conocido como Pitufo, contaba con la protección de los policías para actuar con total impunidad.
“Cara Cortada”, que de acuerdo con los vecinos fue sacado del barrio porque violó sexualmente a una niña, fue quien guió a los agentes a La Cuaba a perseguir a los supuestos narcotraficantes.
Según los moradores, “Cara Cortada” habría jurado vengarse de sus antiguos vecinos, y por esa razón se inventó la historia de que en el callejón de La Cuaba operaba un punto de venta de drogas.

acento.com.do

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