Desde pañales hasta mesas, computadores, ropa, películas, juguetes, zapatos, libros y un sinfín de cosas más. He comprado de todo por internet desde EE.UU. usando casi todas las modalidades. Llevo más de 10 años haciéndolo y he visto lo bueno, lo malo y lo feo de esta experiencia, pero la recomiendo. Si sabes dónde comprar, en qué fijarte y cómo hacerlo, a veces es mejor que hacerlo en tu propia ciudad. Aquí comparto mi aventura.
de http://www.fayerwayer.com
Para este artículo voy a usar mi experiencia comprando hacia Chile, país en cual vivo, pero muchas de estas cosas son similares para otros países de América Latina y España, sólo cambiando los valores de algunos impuestos y proveedores de casillas.
Hay dos muy buenas razones para comprar en EE.UU., variedad de oferta y mejores precios. A veces obtienes los dos beneficios, comprando cosas que no hay en tu país a muy buen precio, a veces es sólo uno o lo otro. Hay dos formas para comprar: envío directo a a tu país desde la tienda o usando una casilla en Miami como intermediaria. Siempre he tenido mejor experiencia con la segunda opción. El costo de envío directo desde EE.UU. a tu casa suele ser más caro y tú mismo debes hacer los trámites de aduana una vez que llega al país — eso involucra procesos burocráticos que te prometo prefieres evitar, haciendo que pierdas tiempo y dinero. Además, hay muchas tiendas en internet que directamente no despachan fuera de EE.UU., y en algunas hay ciertos productos con esa misma prohibición. Al contratar una casilla tienes tu propia dirección en Miami y el proveedor de la casilla se encarga de la burocracia del envío, seguros e impuestos, entregándote en tu domicilio con mayor rapidez y menor costo el producto, abriendo la posibilidad de comprar en tiendas que no venden internacionalmente.
Generalmente, tener una casilla en Miami es gratis y sólo pagas el despacho e impuestos cuando encargas algo. Algunos proveedores son HotExpress, SkyBox y eShopEx.
Eso nos lleva a la parte más odiosa: los impuestos de aduana. En pocas palabras, para compras inferiores a US$ 1.000 súmale entre un 28% (promedio, en mi experiencia) al valor del producto que compraste y ese será el costo final de tenerlo en tus manos. Aunque suena a barbaridad, muchas veces termina siendo un valor inferior al de tiendas nacionales.
Para entender el impuesto, hay ciertos términos clave. El primero es el CIF (Cost, Insurance, Freight), siglas en inglés que se refieren al costo del producto comprado, sumado al valor del seguro y el flete hasta el destino. El segundo es el IVA, el impuesto a la venta, el mismo que pagas cada vez que compras algo en Chile, que es del 19%. El tercero es el derecho “ad valorem”, que en Chile es de 6%.
Si tomamos como ejemplo un costo CIF de US$ 1.000, tendrías que pagar US$ 60 por derecho ad valorem y US$ 201,40 por IVA (19% de US$ 1.060), lo que da un total de impuestos de US$ 261,40. Eso aplica para la mayoría de los casos, pero hay excepciones. Si tu envío supera los US$ 1.000 tienes que contratar un agente de aduanas con costo adicional, luego hay productos que pagan impuestos especiales (alcohol, tabaco, joyas) y algunos que pagan menos impuestos, gracias a los múltiples tratados firmados por Chile. Por ejemplo al comprar computadores desde Estados Unidos o Corea del Sur sólo pagas el IVA sobre el valor CIF, si es desde Canadá no pagas ningún derecho de aduana, y los libros desde cualquier país sólo pagan el IVA.
Para concluir el tema de los impuestos, hay que entender el valor CIF. Por ejemplo, si compras un producto de US$ 90 y la tienda te cobra US$ 10 por enviarlo a tu casilla sumamos US$ 100. Esa casilla en Miami te cobrará un seguro y flete por enviarlo a tu país: En promedio, ese seguro es el 2% del valor de la compra y el flete depende del tamaño y peso. Si es menos de un kilo, pagas unos US$ 10. Por lo tanto, el valor CIF que calcula la aduana es la suma de todos esos valores, que en este caso sería US$ 112.
La aduana es una ruleta rusa. La mayoría de las veces que compro productos de hasta US$ 100, me llegan directo a mi casa sin tener que pagar ningún derecho de aduana. Pero otras veces he pagado casi 30% de impuestos por productos de US$ 20.
No soy experto en impuestos, pero hay trucos legales para bajar esos costos. La mayoría de las tiendas ofrece modelos de despacho gratuito (“free shipping”) dentro de EE.UU., con lo que ahorras ese costo adicional, aunque es el modo de envío más lento — todo sea por ahorrar unos pesos. Luego, en EE.UU. no pagas impuestos si compras en un estado con despacho a otro estado, por lo que intenta comprar siempre fuera de Florida, donde está tu casilla.
Si no te quieres equivocar, haz pedidos de menos de US$ 100 en tiendas de marca reconocidas, como en Amazon, dónde lo puedes hacer a ojos cerrados. Ellos automáticamente te despachan productos desde otro estado, cada vez que se pueda, para ahorrarte ese impuesto. Además de sus ofertas de despachos gratuitos tienen un plan llamado “Amazon Prime”: Por US$ 80 al año todos los productos que compres tendrán incluido un despacho rápido, de un día para otro, sin costo adicional. Con esta modalidad hago una compra el día lunes y el jueves ya tengo el producto en mi casa. Si, al igual que yo, compras regularmente en la tienda, esta es la mejor forma de reducir los impuestos. Otro lugar bueno para comprar, sobre todo para productos de segunda mano o difíciles de encontrar, es eBay. Es bastante seguro, pero hay que tener la precaución de comprarle a otra persona y no a una tienda. Para eso tiene un sistema de “reputación”, para verificar si la persona es confiable.
Ahora viene lo feo. Una vez compré muebles en IKEA, tienda famosa por sus productos de buen diseño a bajos precios, pero al ser grandes y pesados, el valor CIF en Chile terminó superando los US$ 1.000 y tuve que contratar un agente de aduana. Terminó siendo más barato que comprar muebles de esa calidad y diseño localmente, pero el precio estuvo muy lejos del beneficio de comprar en esa tienda. No se lo recomiendo. Luego están los pañales. Cuando nació mi hija, no había en Chile pañales desechables biodegradables y en Amazon encontré cajas de 300 pañales, a un precio que incluso con los impuestos era mucho menor a comprar localmente pañales tradicionales. Armé una suscripción en Amazon para recibir una caja mensual y los primeros tres meses no tuve problemas. Hasta que recibí una carta del seremi de Salud, solicitando que explicara la importación de productos farmacéuticos y que pagara un impuesto adicional. No más pañales.
Al final, por prueba y error, hoy hay múltiples productos que compro a través de mi casilla en Miami, pagando entre 10% a 50% menos de lo que costarían en Chile. No hay fórmula infalible, pero si compras con calculadora, asegurando que la tienda sea reconocible y confiable, puedes acceder a toda la oferta de precios y productos del primer mundo sin importar dónde vivas.
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Les dejo algunos links de tiendas con beneficios especiales para comprar dentro de EE.UU. y los invito a compartir las suyas en los comentarios.
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