PARIS (Reuters) - La euforia por la muerte de Osama bin Laden, el cerebro de los ataques del 11 de septiembre, fue matizada el lunes en Occidente por el temor a represalias, y líderes mundiales y expertos en seguridad instaron a reforzar la vigilancia contra posibles atentados.
Los estadounidenses celebraron en las calles y los mercados repuntaron esperanzados de que la muerte de bin Laden reduzca las amenazas que penden sobre gran parte del mundo desarrollado, pero incluso el presidente Barack Obama dijo que los ataques terroristas seguirán siendo una preocupación.
Interpol pronosticó un mayor riesgo y pidió reforzar la vigilancia en caso de que los seguidores de bin Laden traten de vengar la muerte del hombre que se convirtió en la cara global del terror, aunque ya no tenía el control táctico de las acciones de al Qaeda.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, elogió la operación como un golpe la lucha contra el terrorismo, pero tanto él como el ministro de Exteriores, Alain Juppé, advirtieron que no significa la desaparición de al Qaeda.
El primer ministro británico, David Cameron, también dijo que Occidente debería estar "particularmente vigilante" en las próximas semanas.
Al anunciar la muerte de bin Laden, Obama dijo: "No hay duda de que al Qaeda seguirá intentando atentar contra nosotros. Debemos mantenernos y nos mantendremos vigilantes dentro y fuera del país".
"El azote del terrorismo ha sufrido una histórica derrota, pero no es el fin de al Qaeda", declaró Sarkozy, después de que fuerzas estadounidenses irrumpieron en un lujoso complejo residencia en Pakistán donde se escondía bin Laden y lo mataran junto con otras cuatro personas.
Algunos expertos en seguridad temen que el décimo aniversario de los atentados del 11 de septiembre pueda incitar a seguidores de al Qaeda.
"Aunque en Occidente podemos tener la satisfacción de que se ha hecho justicia a un terrorista, muchos siguen viendo a Osama bin Laden como un mártir. No nos equivoquemos: los yihadistas violentos reaccionarán a esto", dijo a Reuters Insider televisión el analista Julian Lindley-French, del centro de estudios Chatham House en Londres.
Roland Jacquard, responsable del Observatorio de Terrorismo Internacional en París, dijo que Estados Unidos sería un objetivo.
"La forma en que lo mataron, a manos de un comando militar, demuestra que esto tendrá importantes consecuencias en el futuro. Será un llamamiento a la yihad, seguirá siendo un mártir muy real para el resto de la organización", dijo Jacquard a la radio RTL.
Ya el lunes, extremistas islámicos sugirieron venganza.
"Oh Dios, por favor haz que estas noticia no sea verdad (...) Que Dios te maldiga, Obama", dijo un mensaje colocado en un foro en lengua árabe. "Oh estadounidenses (...) aún es legal que os cortemos el cuello," agregó.
En otro foro islamista, alguien escribió: "Osama pudo ser asesinado, pero su mensaje de yihad nunca morirá. Hermanos y hermanas, esperad y veréis que su muerte será un bendición disfrazada".
Algunos expertos temen que el golpe para al Qaeda sea sólo psicológico.
ALERTA CONSTANTE
Estados Unidos y gran parte de Europa están en constante alerta por un posible atentado de al Qaeda o una organización integrista asociada.
Francia ha estado en alerta roja, el tercer nivel más elevado en una escala de cuatro, desde los atentados suicidas de Londres en el 2005, y ha estado especialmente vigilante desde que bin Laden criticó la actitud del país hacia los musulmanes el pasado octubre.
España dijo que mantendría el nivel 2 de alerta antiterrorista, de cuatro posibles, frente al riesgo de represalias.
Estados Unidos advirtió a sus ciudadanos en todo el mundo sobre una mayor posibilidad de violencia antiestadounidense y les aconsejó que evitaran las grandes concentraciones y los viajes. Australia emitió una advertencia similar.
En Irak el ejército y la policía se colocaron en alerta. Japón dijo que establecería patrullas alrededor de sus bases militares ante posibles represalias.
En países con grandes poblaciones musulmanas, algunos colegios extranjeros, embajadas y otros potenciales objetivos reforzaron las medidas de seguridad.
India, cuyas relaciones con su vecino Pakistán son tensas, expresó su preocupación por el hecho de que bin Laden fuera encontrado en un lujoso recinto a sólo 60 kilómetros de la capital paquistaní, Islamabad, diciendo que esto sugería que los terroristas podrían encontrar ahí un santuario.
(Reporte adional de Chris Allbritton en Islamabad; Vicky Buffery y Alexandria Sage en París; Erik Kirschbaum en Berlín; Traducido por Blanca Rodríguez en la Redacción de Madrid)
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