Monday, April 18, 2011

Conozca los efectos del sol


Jaclin Campos
jaclin.campos@listindiario.com
Santo Domingo
El sol, como el agua, es imprescindible para la vida. Interviene en la fotosíntesis y en el ciclo del agua, aporta luz y energía limpia.

El astro rey, como es conocida también la estrella en torno a la cual giran los planetas del Sistema Solar, ayuda con sus rayos a fijar la vitamina D, la cual permite al organismo absorber el calcio. Ese es uno de sus beneficios más conocidos.
Pero ¿qué sucede cuando una persona se expone a él de forma prolongada y sin tomar las medidas de precaución necesarias? Ese aliado de la vida se vuelve en su contra.
El sistema inmunológico, la piel, los ojos y el cabello sufren como consecuencia de la exposición a las radiaciones ultravioleta solares. Y, si la capa de ozono sigue deteriorándose, el riesgo de lesiones aumentará.
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LA RADIACIÓN ULTRAVIOLETA

SunWise, programa educativo de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, recuerda en su web (www.epa.gov) que el daño en la capa de ozono, del cual los científicos comenzaron a acumular pruebas en la década de 1980, eleva el nivel de raciación UV que llega al planeta.
“La sobreexposición a la radiación UV –advierte– puede afectar seriamente la salud, dado que puede producir cáncer de piel, cataratas e inhibición del sistema inmunitario”.
Aliado se vuelve en nuestra contra
El sol es necesario para la vida, pero exponerse a él en exceso y sin la debida protección tiene consecuencias negativas para la salud a corto y largo plazo.
A corto plazo, la sobreexposición solar causa deshidratación e insolación, un malestar frecuente en Semana Santa pues muchos aprovechan para ir a la playa o al campo.
El sol eleva la temperatura corporal hasta el punto de desencadenar síntomas como piel seca, pulso acelerado y mareos. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, los ancianos, los niños y las personas enfermas o con sobrepeso tienen riesgo mayor de padecer golpes de calor y agotamiento por la misma causa.
El sistema inmunológico también se resiente. El programa SunWise, de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, informa que hay una relación entre el exceso de sol y un sistema inmune deprimido.
“Todas las personas, de cualquier raza y color, pueden ser vulnerables a determinados efectos, que incluyen la disminución de la respuesta a las inmunizaciones, el aumento de la sensibilidad a la luz solar y la reacción a determinados medicamentos”, explica el programa en su web (www.epa.gov).
Daño a la piel
El principal riesgo frente al sol lo corre el órgano que recibe su impacto de forma directa: la piel.
“El sol es una fuente de vitamina D, pero, en exceso, produce daños a la piel, sobre todo cuando se toma de manera acumulativa”, dice Carmen Delia Marmolejos, dermatóloga de la clínica Gómez Patiño.
En lo inmediato, la persona puede presentar eritemas o enrojecimiento, vesículas (pequeñas ampollas) y descamación.
Con el paso de los años, la piel se va engrosando y perdiendo elasticidad hasta envejecer prematuramente.
Además, se forman manchas, pecas y queratosis actínica (una lesión premaligna).
Pero es el cáncer de piel el efecto más peligroso de la acumulación de radiación ultravioleta, la cual es nociva incluso cuando se recibe de forma indirecta.
“El cáncer de piel aquí es frecuente”, afirma Marmolejos. Y, aunque tiene mayor incidencia en personas de piel blanca, afecta a mulatos y negros.
“El que la persona sea de un fototipo de piel oscura no quiere decir que no va a desarrollar cáncer de piel”, advierte la doctora, “porque está la genética también”.
Estética
A mediano plazo las personas que toman mucho sol desarrollan manchas y pecas, tanto en el rostro como en el cuerpo.
“Las manchas son, por decirlo así, las nuevas arrugas: todo el mundo tiene”, comenta Rebel Ruiz, ejecutiva de Educación de L’Bel.
¡Pero yo no tomo sol!, dirán algunos. Se equivocan. Tal vez no lo hagan directamente, mas sí reciben su reflejo y la piel, como señala Ruiz, “es un órgano que tiene memoria”. Por eso es necesario protegerse diariamente, no sólo al visitar la playa o el campo.
Ruiz explica que, si bien existen cremas hidratantes con protección, las personas blancas o que pasan mucho tiempo bajo el sol deben usar además un filtro o pantalla.
En el caso de las mujeres, una vez completan su rutina de limpieza, tonificación e hidratación, deben aplicar el protector. Luego vendría el maquillaje.
“Son productos que se absorben”, explica. “Y el protector es como la sombrilla”.
Protección
Una medida ideal para salvaguardarse del sol sería cubrirse bien, sin embargo y debido al calor que reina en estas latitudes, esto sería contraproducente.
“La verdad es que cubrirse es muy difícil, pero hay cosas que pueden complementar”, expresa Lissette Olivares, de la firma de productos naturales Bottega Verde.
No hay excusa. El mercado ofrece una amplia variedad de productos para cuidarse de la radiación ultravioleta: cremas y labiales con filtro, protectores y pantallas para cada tipo de piel, bloqueadores para el contorno de los ojos (la piel de los labios y de los ojos es más fina y sensible, recuerda Olivares) y hasta líneas completas para el cabello.
Porque el cabello también sufre. “Sufre el cabello, sufren los labios, sufren los ojos, sufre todo”, expresa Olivares. “Con los efectos del sol, si abusas de él y no te cuidas, el pelo se deshidrata, las hebras se ponen finas”.
Así que, si tomará sol en estos días, no olvide aplicarse una mascarilla capilar especial.
¿Qué más puede hacer para cuidarse? Tome mucha agua para hidratarse y evite exponerse al sol entre las 10:00 de la mañana y las 4:00 de la tarde. Use un filtro o pantalla con factor de protección elevado, cúbrase la cabeza con sombreros o gorras, proteja su vista con lentes que tengan filtro y tapen toda la zona del contorno de los ojos, y proteja también sus labios con un labial especial.
No eche en saco roto estas recomendaciones. Como recuerda Olivares, “la capa de ozono cada día está más deteriorada y los rayos nos llegan más directos”.
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UN RIESGO PARA LA SALUD VISUAL

De acuerdo con Cynthia Cunillera, oftalmóloga de Unidad Visual Diamond, numerosos estudios han probado que exponerse al sol de forma prolongada y sin protección ocular daña los ojos y produce enfermedades como cataratas, degeneración macular, cáncer y pterigium (uña).
Por eso, recomienda utilizar gafas de sol con filtros que impidan el paso del 95 al 100 por ciento de las radiaciones ultravioleta (rayos UV), responsables principales de estas lesiones oculares.
“Más de la mitad de las gafas vendidas en comercios de moda no cumplen estos requerimientos –advierte–. El lente de sol, aparte de ser un elemento estético, debe ser un instrumento de defensa que proteja la salud visual”.
Los daños que provocan unas gafas inadecuadas no aparecen de inmediato y, a causa de ello, las personas no se dan cuenta del riesgo que corren. El problema, según Cunillera, es que en la mayoría de los casos las lesiones son irreversibles.
“Algunos dolores intensos de cabeza y temor a la luz (intolerancia) también están producidos por la utilización de gafas que no son hechas con las especificaciones correctas y que no disponen de los filtros adecuados para evitar el paso de la radiación”, explica la oftalmóloga.

Fuente: listindiario.com

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