FUKUSHIMA, Japón (AFP) - Las autoridades luchaban el domingo para evitar un nuevo accidente nuclear y consecuencias económicas nefastas en Japón, enfrentado a su peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial a raíz del violento sismo y el tsunami del viernes, que probablemente dejaron más de 10.000 muertos.
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El Banco de Japón inyectó este lunes en el mercado la mayor cantidad de liquidez de su historia, siete billones de yenes (61.400 millones de euros, 85.700 millones de dólares), tras registrarse una brusca subida del yen en Asia.
La Bolsa de Tokio caía un 5,79% en los diez primeros minutos este lunes, primer día hábil desde el sismo del viernes.
Las acciones del sector japonés del automóvil se hundían poco después de la apertura, mientras que los constructores suspendieron la producción en el conjunto del país.
"Considero que la situación actual, con el sismo, el tsunami y las centrales nucleares, es de cierta manera la crisis más grave que enfrentamos en los últimos 65 años, después del fin de la Segunda Guerra Mundial", afirmó el primer ministro, Naoto Kan.
Kan reconoció asimismo que la situación en la planta nuclear Fukushima 1 sigue siendo "alarmante". Horas antes, el gobierno admitió que pudo haberse desencadenado un proceso de fusión de los núcleos de los reactores 1 y 3 de esa central, situada a 250 km al noreste de Tokio.
La fusión se produce a causa del recalentamiento de las barras de combustible, que empiezan a derretirse como una vela.
En el reactor número 1, el sábado se produjo una explosión que costó la vida a un técnico e hirió a once.
La Agencia de Seguridad Nuclear de Japón clasificó el accidente del reactor número uno de Fukushima 1 en el nivel cuatro de una escala de 7. El accidente de 1979 en Three Mile Island (Estados Unidos) fue de nivel 5 y el de 1986 en Chernobil (en Ucrania) llegó a nivel 7.
Kan ordenó la evacuación de los habitantes en un radio de 20 km, el doble de la distancia fijada el viernes.
Las autoridades japonesas decretaron el estado de emergencia en una segunda planta nuclear, la de Onagawa (noreste), "tras registrarse niveles de radiactividad que superaban los autorizados" y volvieron luego a la normal, según indicó en Viena la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA).
Una central nuclear más, la de Tokai, sufrió una avería en su sistema de refrigeración, pero las bombas de agua auxiliares funcionaban y seguían enfriando el reactor, informó un portavoz en la madrugada del lunes.
El terremoto, de magnitud 8,9, y el posterior tsunami de 10 metros de altura, arrasaron el viernes la costa noreste del archipiélago nipón.
Naciones Unidas anunció desde Ginebra que 590.000 personas fueron evacuadas de la zona del desastre, incluidas 210.000 que viven cerca de las plantas nucleares de Fukushima.
Según la cancillería brasileña, unos 400 brasileños viven en Fukushima.
La alerta de un nuevo tsunami fue levantada, pero la Agencia Meteorológica japonesa advirtió que existe un 70% de riesgo de que se produzca una nueva réplica de magnitud 7 o más en los próximo tres días.
Un nuevo y fuerte temblor sísmico de magnitud 5,8, según la agencia meteorológica japonesa, se sintió este lunes en Tokio poco después de las 10H00 (01H00 GMT).
Mientras tanto, el número de víctimas continúa aumentando.
Más de 10.000 personas podrían haber perdido la vida en la prefectura costera de Miyagi (noreste de Japón), la más cercana al epicentro, declaró el jefe de la policía local, Naoto Takeuchi.
El gobierno afirmó haber doblado de 50.000 a 100.000 el número de soldados que participan en una enorme operación de rescate en las zonas siniestradas de la costa pacífica, con la ayuda de 190 aviones y decenas de navíos.
Los primeros equipos de socorro enviados por Australia, Nueva Zelanda, Corea del Sur, Suiza, Gran Bretaña y Estados Unidos empezaron a llegar el domingo.
El portavoz del gobierno advirtió asimismo que el desastre tendrá un impacto "considerable" en la economía del país.
El costo para las aseguradoras de los daños provocados por el sismo en Japón podría ascender a 34.600 millones de dólares, según una estimación inicial de AIR Worldwide, firma especialista en evaluación de riesgos.
De acuerdo con la agencia de noticias japonesa Kyodo, más de 3.400 edificios de viviendas quedaron destruidos.
Al menos 5,6 millones de hogares siguen sin electricidad y la compañía Tepco advirtió de riesgos de interrupción del servicio eléctrico en Tokio y sus alrededores. Además, un millón de casas siguen privadas de agua potable.
Para sostener la economía, además de inyectar este lunes la mayor cantidad de liquidez de su historia en el mercado, el Banco de Japón transfirió el domingo 55.000 millones de yenes (unos 480 millones de euros, 667 millones de dólares) a 13 bancos implantados en la región afectada.
El terremoto se produjo el viernes a las 14H46 locales (05H46 GMT) en alta mar, a 24,4 km de profundidad y a un centenar de kilómetros de las costas de la Prefectura de Miyagi
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