Monday, February 14, 2011

El secreto de los vikingos


Los vikingos fueron un pueblo que destacó por sus magníficas cualidades a la hora de navegar. Recorrieron todo el Atlántico norte del siglo X al XIII, incluyendo Groenlandia y América (siglos antes que Colón, tal y como la genética ha reconocido recientemente). Pero, ¿cómo podían orientarse estos intrépidos navegantes?

Se sabe desde hace tiempo que los navegantes nórdicos se guiaban por el astro rey empleando relojes de sol para detectar el norte. Sin embargo, el misterio rodeaba al método empleado cuando el cielo se encapotaba de nubes o niebla y el sol desaparecía ante sus ojos. ¿Cómo ver el sol entonces?
Las leyendas nórdicas, como una saga islandesa centrada en el héroe Sigurd, relataba que estos hombres contaban con un truco llamado sólarsteinn, o piedra del sol.
La saga describe cómo, durante el tiempo nublado, mientras nevaba, el rey Olaf requirió a Sigurd que localizase al Sol, orden que este cumplió. Para comprobar que la respuesta de Sigurd era correcta, Olaf tomó una piedra del sol, miró al cielo y vio de donde venía la luz, con lo que definió la posición del invisible astro.
En 1967, el arqueólogo danés Thorkild Ramskou propuso que las piedras solares podían tratarse en realidad de cristales capaces de polarizar la luz. Es decir, estos cristales podrían bloquear toda la luz, excepto la que llegase desde algunas direcciones específicas.
Un cristal de polarización (como la calcita, común en Islandia) sólo permite que la luz polarizada en determinadas direcciones pase a través de él, y pueda parecer brillante u oscuro en función de cómo se orienta con respecto a la luz.
La idea es que los antiguos marineros podían observar el cielo a través de piedras solares en días nublados, cuando el cielo parece brillar de idéntica forma en toda partes. En muchas ocasiones, la luz que cruza a través de un cielo nublado llega a la superficie terrestre polarizada. Si la inclinación del cristal coincide con la polarización de la luz, el cielo parecerá más brillante. Pero si no es así, el cielo parecerá más oscuro.
Así, rotando el cristal de un lado a otro y buscando la región del cielo más brillante a través de la piedra, los vikingos podrían localizar al sol "invisible" a pesar de las nubes. Y entonces, empleando el reloj de sol, ubicar el norte.
Ahora, dos científicos han descubierto que las abejas, las hormigas y otros insectos, pueden emplear la luz polarizada para navegar bajo cielos nubosos, lo cual parece dar la razón a la teoría de Thorkild Ramskou.
El trabajo de Gábor Horváth, investigador en óptica de la Universidad Eötvös de Budapest (Hungría), y Susanne Åkesson, ecóloga especializada en migración de la Universidad de Lund (Suecia) han publicado su trabajo con insectos en la edición online del 31 de enero de la revista Philosophical Transactions of the Royal Society B.
Sin embargo, esta posibilidad no se ha probado nunca, y además nunca se ha encontrado ninguno de estos cristales en yacimientos arqueológicos. Por todo ello, el concepto despierta entusiasmo y escepticismo a partes iguales.
Ciertamente, una cosa es que las abejas puedan hacerlo, y otra que los vikingos lo hayan hecho, aunque al menos teóricamente, el hallazgo biológico en insectos abre las puertas a la existencia de las míticas piedras solares con las que los vikingos lograron conquistar el Atlántico norte.
Lo vi en Livescience.


Fuente: Yahoo Noticias

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