CAÑADA BONITA, Altamira. Como enigma médico califican los residentes de esta comunidad el extraño caso de la famila Hernández Cruz, cuyos seis integrantes presentan severos daños mentales.
Rafael, Ana María, Mercedes, Tita, Carmen y Fonso llevan más de 40 años residiendo en una pequeña casita construida de madera, blocks y zinc, en un ambiente lleno de incógnitas.
Ni sus familiares cercanos ni los vecinos conocen las causas de la condición de salud de esta extraña enfermendad mental que les impide desenvolverse con normalidad en la vida.
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Los vecinos piden ayuda gubernamental
El extraño caso de una familia con problemas de salud mental en Altamira
Rafael, Ana María, Mercedes, Tita, Carmen y Fonso sufren problemas mentales y no pueden trabajar para comprar comida y medicinas
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“Los hijos de Fello, los que tienen problemas de la mente”, dicen refiriéndose a los hermanos Hernández Cruz, los residentes del lugar.
Milagros Biret, dirigente de la iglesia de la comunidad, ha cuidado de los hermanos enfermos desde que sus padres murieron, hace más de tres años.
Afirma que “la madre de ellos era una persona normal. Ella no tenía ningún tipo de problemas mentales, pero el papá se veía como una persona extraña, que tenía ciertas dificultades para hablar, pero no era tan raro como sus seis hijos”, manifestó.
Algunos vecinos consideran que “el problema podría tratarse de un asunto genético que heredaron del padre”.
Todas las informaciones sobre el caso son especulaciones.
Indagar sobre los antecedentes de Rafael Hernández, padre de las seis personas enfermas, resulta difícil, porque la única hermana que le sobrevive es una mujer de 100 años, que recuerda sobre la vida familiar.
Pero la evidencia mayor sobre las extrañas condiciones de existencia de los hermanos Hernández Cruz, parece encontrarse en su humilde vivienda, ubicado en una pequeña cima de la comunidad donde residen.
Desde que se inicia la ruta hacia la casa de los hermanos el ambiente se torna misterioso.
“Qué harán los hermanos?, ¿Cómo serán?, ¿Serán agresivos?, son las primeras preguntas que afloran a las mentes de las personas que visitan el lugar.
Luego que las personas llegan a la vivienda y conversan con los hermanos comprueban que, aunque no son personas normales, es posible entablar una conversación con ellos.
Su comportamiento no es agresivo. Saludan, responden las preguntas de los visitantes, aunque con muchas dificultades para hablar y entender
Sin embargo, exhiben conductas parecidas a las de los niños.
“Es algo así como hombres con mentes de niños”, afirma la señora Biret.
De los seis hermanos de la Familia Hernández Cruz, sólo fue posible conocer a María Mercedes y Rafael.
Tita se encontraba en una de las habitaciones de la casa, atravesando una crisis nerviosa que la mantenía vociferando sin parar.
Ana María, Carmen y Fonso fueron al poblado de Altamira, supuestamente, para participar en el velatorio de una persona conocida.
Félix Familia, dirigente de la Junta de Vecinos de esta comunidad, dijo que sus residentes nunca han confrontado problemas en el trato con los seis hermanos.
“Aunque tienen sus problemas, no son agresivos, son personas tranquilas y, hasta el momento, no hemos tenido ningún inconvente con ellos”, precisó.
Indicó que la junta de vecinos hace grandes esfuerzos para garantizar que los hermanos Hernández Cruz tengan lo indispensable para vivir, porque “ellos dependen de la solidaridad de las personas buenas y de los dirigentes comunitarios”.
No obstante, la iglesia y la junta de vecinos del lugar se quejan de que ninguna autoridad gubernamental se ha ocupado de ese caso, que consideran de salud pública, porque ninguno de los miembros de la familia puede trabajar y llevar el pan a casa.
“Ninguno autoridad ha venido a evaluar a esas personas ni a ver cuáles son sus necesidades, que como seres humanos poseen”, precisa Familia.
“Necesitamos autoridades responsables, que trabajen por la población”, dijo.
Un Apunte
Los vecinos de esta comunidad consideran que las autoridades del Gobierno deben contribuir para el bienestar de esa familia, compuesta por seis hermanos enfermos. Aseguran que se trata de un problema de salud pública, porque ninguno de ellos puede trabajar.
Fuente: Elnacional.com
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